"Mi confrontation con la docencia"
Uno de los sueños acariciados durante mi niñez y mi juventud fue el de ser doctor. Todos mis esfuerzos estaban encaminados a cumplir dicho anhelo. En el periodo de la secundaria empecé a tener cierto gusto por los trabajos en equipos y las exposiciones donde podía expresar mi sentir a los demás para lo cual tenía que buscar las palabras y forma correcta para que esto se lograra.
Con la medicina en la mente ingresé a la Preparatoria Oficial de Celaya para cursar mi bachillerato. En ese tiempo el área de la física me llamó la atención y aún más el gusto de exponer temas relacionados a esta. Fue en este tiempo donde tuve la oportunidad de experimentar mis primeras experiencias como maestro; aún recuerdo y revivo la sensación de satisfacción cuando al terminar la clase el maestro me felicitó por la forma en que llevé la clase. Siento que este fue el momento en que nació mi vocación de docente. Las materias relacionadas con la medicina me dejaron de importar.
Al término de mi bachillerato presenté examen de de nuevo ingreso en la Facultad de Medicina de León y no lo pasé, como era de esperarse, ya que lo hice solo por dar gusto a una añoranza de mi niñez y no por una reflexión concienzuda de qué era realmente lo que me apasionaba. Al no ingresar a la carrera de medicina busqué un carrera lo más parecida esta y que la institución estuviera cerca de mi ciudad; ingeniería bioquímica en el Tecnológico de Celaya fue la solución.
Al inicio de la carrera profesional se presentó la oportunidad de impartir clases de física a nivel secundaria lo cual me agradó y acepté. En este periodo mis clases fueron fatales, no por mis conocimientos ya que la física era un tema que dominaba y me apasionaba, sino por mi falta de experiencia para dominar el grupo. La mayor parte del tiempo lo agotaba tratando de callarlas y de buscando nuevas formas de enseñar y evaluar el tema de la física y que además les fuera interesante. En la misma secundaria trabajaba un licenciado que impartía clases de civismo, creo, me llamo la atención que al momento que yo pasaba por su salón observaba a todas las alumnas calladas y poniendo atención a su clase, me dio envidia y mucho coraje; en ese momento me impuse un nuevo reto: Encontrar la forma de lograr la atención de mis alumnos en un 100 por ciento. Duré 4 años trabajando en esa secundaria, ahí me di cuenta que ser profesor es una tarea ardua, que requiere de mucho esfuerzo para mantenerte en un nivel constante de efectividad ya que los tiempos cambian, la tecnología cambia, el acceso a la información cambia, el mundo cambia, la sociedad cambia y por ende los adolecentes cambian. Las estrategias que te sirvieron para una generación no te sirven para la siguiente, incluso, en cada salón existe la necesidad de adecuar cada estrategia a este. Mas sin embargo, tienes la maravillosa oportunidad labrar mentes, de trascender en el tiempo y de contribuir en la construcción del futuro ya que si impactas una mente en forma positiva serás parte de sus logros y serás recordado.
Al terminar la carrera de Ingeniería Bioquímica hice mis prácticas profesionales en una fábrica y las terminé sin ninguna motivación ya que no me pudieron ofrecer empleo pues la empresa estaba a punto de cerrar, y de hecho lo hicieron. Trate de conseguir trabajo en otras industrias y no lo logré. Surgió entonces la oportunidad de trabajar en el nivel medio superior y entré al CBTis.
En este nivel medio superior incrementó mi vocación por la docencia debido a que mi experiencia había aumentado, aunado a esto, descubrí mi otra gran pasión: la computación. La computación fue un gran elemento que contribuyó a fortalecer mi vocación docente, ya que en este medió los alumnos tienen la madurez necesaria para realizar los razonamientos logísticos implicados en el dominio de la programación. Puedes a esta edad inculcarles el sentido de responsabilidad, superación y de investigación. Puedes ayudarles a desarrollar su creatividad mediante la creación de sistemas informáticos para la solución de problemas cotidianos en las empresas o en la educación. Fue en este punto donde tuve una de las mayores satisfacciones en mi labor docente: Ganar un concurso nacional en informática en la ciudad de puebla. A mi alumno le dieron un viaje a Alemania, el cual se lo cambiaron por un computadora portátil; yo no tuve ningún premio material, sin embargo el orgullo de haber sido el primer docente que realizara una hazaña de este tamaño en el plantel, y además lo más importante, trascender en los logros de mi alumno no tiene equiparación a premio material alguno; pues mi alumno es ahora ingeniero y gran parte de ese logro, lo dice él, fue la huella que dejó un maestro en su corazón. Estas son las satisfacciones que premian todos mis esfuerzos.
Al hablar de insatisfacciones en mi labor docente podría citar bajos salarios ya que considero que el mecanismo para otorgar las plazas es poco operativo, pues yo tengo tres plazas de 30, 5 y 5 horas respectivamente y no he podido ni compactarlas ni subir de clave hace mucho tiempo a diferencia de otros maestros que ya tienen bastante tiempo en el sistema y sus salarios son mucha más grandes que el mío, sin ser equiparable al trabajo que realizan y disposición de apoyo para la escuela.